Si te dejaras guiar solamente por el sentido de la vista, pensarías que la Luna (llena) tiene luz propia, pero si lo hicieras con el entendimiento, la experiencia, el saber, dirías que la Luna no tiene luz propia sino que refleja la luz del Sol. Por lo tanto nuestros sentidos muchas veces nos engañan o son imperfectos. La palabra de Dios es perfecta porque Dios es perfecto, luego Mateo 5, 48 señala: “Sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo”.
<<De día el sol no te herirá, tampoco la LUNA de noche>>
Salmo 121 (120), 6
<<A medianoche me levanto, te doy gracias por tus justos juicios>>
Salmo 119(118), 62
<<Les tocamos la flauta y ustedes no han bailado…>>
Mateo 11, 17