En el año 2008 de nuestra era, siendo presidente del Perú el señor García, me encontraba en mi celda de la soledad y tuve la siguiente visión: “He aquí un hombre delgado, enteco y desgarbado, parado en el desierto de la nada; de pronto detrás de él viene corriendo un León, una silueta de León, un León casi invisible, un espíritu de León, el cual penetra por la espalda del hombre y mora en él. El hombre aparentemente débil se transforma o deviene en un hombre robusto y muy fuerte, fuerte in extremis; luego después de muchas victorias y peripecias, y ya herido (su mirada abismal y despreciativa lo condena) el hombre nuevo se reconcilia con Dios y le sirve con mayor rigor, puesto que quiere llegar a SER. Es así como el Erizo se transforma en León, el León en Cordero y el Cordero en un SER DE LUZ (Hijo de Dios)”. En los días siguientes medité sobre el significado de la visión y sus alcances, y me di cuenta que esto era bueno.
Una ofrenda para Dios, talvez le agrade.
En sentido positivo: ¡JESUCRISTO HA RESUCITADO, EL VIVE!
"Acaba de triunfar el LEÓN de la tribu de Judá"
Apocalipsis 5, 5